(c) Lógica y prehistoria XXXIV

La conservación y utilización de los huesos también representa un mundo mágico que interacciona con el mundo material. Los fallecidos, los muertos siguen después, desde la otra vida, colaborando con el clan. Siguen perteneciendo a la cueva, a la sociedad a través de las herramientas de hueso. En la mitología escandinava de la Edad de Bronce, el dios Ull, recorría el mar en un hueso mágico. También cazaba y patinaba. La muerte en el período glacial era mucho más frecuente de lo que se cree. La caza de animales se realizaba de manera natural, por lo que las contusiones, los heridos y muertos podrían haber sido numerosos. De los yacimientos arqueológicos se sabe que muchos de ellos eran jóvenes y también mujeres. Es poco probable que el fallecimiento de los jóvenes fuera consecuencia de enfrentamientos con personas del mismo sexo, como en la época de celo animal. Dentro de la naturaleza, pocas veces el contrincante de este tipo de duelos o choques muere.

Algunas culturas actuales como la japonesa siguen conservando los huesos de los difuntos en osarios. Si el hueso herramienta es una relación de ultratumba, el lenguaje sonoro, representa el nacimiento de la leyenda, de la historia de la persona fallecida. Estas leyendas, no podría ser de otra manera, están relacionadas con la caza, la pesca o viajes de exploración, aunque también con conflictos con otras cuevas, invasiones del territorio... etc. Las crisis de recursos en términos de caza supone una lucha por la supervivencia ocupando territorios de otras cuevas, lo que supone un aumento de la agresividad, que tampoco llegaba a ser cruenta, quizá por la baja población de la era glacial. Nace el primer mundo militar de la historia del hombre ya que el aislamiento podría representar o no una militarización originaria de la especie. Entonces, ¿ cuál era la causa de que existan tantos restos óseos de personas jóvenes ?. En este caso, hay que acudir a la selección natural de Darwin ya que al amparo de la cueva bajo un matriarcado, nacían fuertes y débiles.

La actividad de caza en un entorno extremo era la causa de que las personas fallecieran relativamente jóvenes, posiblemente antes de procrear, por lo que los hijos o nacimientos eran, como en la naturaleza, de los homo sapiens mejor adaptados, más fuertes e inteligentes. La caza de un toro, de un mamut, de un reno o una morsa, sin más medios que la fuerza muscular y la habilidad suponía, sin duda, múltiples heridos. La cueva era entonces templo, casa y hospital. Es muy posible que la agresividad de algunas especies no pertenezca al Jurásico sino a este período histórico. Cada pieza cobrada, podía ser disputada por cualquier depredador máxime en tiempos de escasez. El verbo latino venari, cazar es posterior a la glaciación, ya que hace alusión al sustantivo también latino vena, es decir, caza con arco o lanza. El sustantivo venado sinónimo de ciervo procede del latín venatus, caza.

La justicia o el derecho natural dentro de la cueva, no podía estar desvinculado de las prácticas mágicas o la creencia en espíritus y dioses, también naturales. La naturaleza convertida en mitológica actuaba en contra o a favor del homo sapiens. La reclusión o ausencia de libertad, no es tal. Las mujeres, no eran el sexo débil por lo que cazaban o pescaban al igual que los hombres, asumiendo los mismos riesgos. La gestación no impedía su colaboración en estadios tempranos del neandertal y por tanto, las mujeres heridas durante la caza eran tratadas igual que los hombres jóvenes. Una mortalidad alta suponía una especialización femenina y el nacimiento de roles o funciones según el sexo. Sin embargo una mortalidad alta podría haber sido el resultado de guerras entre cuevas, durante un período patriarcal o ritos de iniciación especialmente duros. Las esculturas como las venus de la fecundidad, venera en ruso, serían posteriores. Existirían ya en la época glacial ritos relacionados con la virginidad.

Doy por finalizada esta entrada. 12/08/2019

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