(c) Lógica y prehistoria XXXII
Uno de los sonidos más comunes dentro de una cueva, es la gota de agua que se pricipita dentro de una pila. Si intentamos imitar el sonido, finalmente pronunciaremos dop, kot, got o trop, que se encuentran en la palabra gota, en inglés, drop, en alemán tropfen o en español gota. El hombre de la glaciación tiende a crear palabras naturales, es decir, que se escuchan en la naturaleza. Es esencialmente un imitador natural. Todos los fenómenos naturales son nombrados, quizás, por el sonido que emiten. Ciertamente, el sonido es idéntico pero cada cueva utiliza una capacidad vocal distinta ya que el sonido de una gota al caer depende de la altura y de la profundidad de la superficie líquida. La acústica también es función de la distancia hasta las paredes de la cueva cuya forma también influye en el sonido. No existía eco y si hubiera existido los sonidos se habrían duplicado. Los ritos relacionados con los fenómenos naturales y también los mitos, nacen con el lenguaje hablado. El agua en un período glacial se encuentra en estado sólido únicamente por lo que es comprensible que la palabra Dios en inglés o en alemán, tienen un sonido similar, God y Gott.
Cuando el hombre intenta crear un nombre para algunos animales, el sonido que realizan es utilizado para crear lenguaje primitivo, abandonado posteriormente. La palabra reno, procede del francés renne pero es indudable que existía un sonido para designar un animal parecido en la prehistoria. Tenemos en este caso, el nombre griego rhis, rhinós que significa nariz o también el latín reni que se traduce por riñón. En el primer caso, el nombre destaca una parte representativa del animal como su hocico y en el otro, un nombre relacionado con acarrear o transportar el reno hasta la cueva. Si intentamos relacionar la palabra oso, con alguna parte del animal prehistórico no encontraremos alguna. Oso es una partícula todavía utilizada para representar abundancia como meloso, angustioso, cariñoso, respetuoso...etc. Oso procede del latín ursus, y podría decirse que ur, está relacionado linguísticamente con huraño, hurgar, hurón...etc. Incluso ur podría designar una zona territorial, origen de la palabra sur, en sueco götland. En hebreo, bet-sur, significa casa de la roca. Sin embargo sursum en latín significa hacia arriba, aunque esta designación podría ya ser moderna en el s. I, indicando zonas montañosas. Allí donde había osos, la cueva totémica dominaba sobre las demás. En Mesopotamia en el -III milenio, existió una dinastía llamada Ur, una cultura Ur y una ciudad Uruk, en Irak. El lenguaje akkadio nace en un franja que unía el Golfo Pérsico y el Mar Mediterráneo, entre el Tigris y el Eufrates.
Los animales considerados finalmente totémicos o sagrados, adquieren nombres también naturales pero en este caso, el nombre difiere ya que no todas las cuevas consideran el oso como animal especial. De esta forma oso en inglés se dice bear, que puede tener relación con la capacidad auditiva del animal ya que ear es oreja en inglés y no con su capacidad de letargo o visual. Ciertamente el lenguaje ha cambiado pero las palabras prehistóricas clave persisten todavía. En griego, oso es árktos, origen de la palabra ártico.
Uno de los puntos más interesantes dentro de la prehistoria es el fracaso de las etnias híbridas. Si acudimos al imperio romano, se podría determinar la esclavitud como práctica prehistórica. El cro-magnon de la glaciación posiblemente dominó y subyugó a otras ramas de homínidos menos evolucionadas. El final de la glaciación supone el principio de un neolítico, un nuevo equilibrio en el ecosistema al aumentar la población. Los inmigrantes negroides se establecen de nuevo con su cultura africana subordinada a la caza que ya no tiene cabida permanente en una Europa posglacial. El neolítico intenta reducir el número de animales salvajes perjudiciales para los cultivos y la ganadería por lo que los clanes negroides tuvieron una utilidad limitada en el tiempo.
Doy por finalizada esta entrada. 17/07/2019
Uno de los sonidos más comunes dentro de una cueva, es la gota de agua que se pricipita dentro de una pila. Si intentamos imitar el sonido, finalmente pronunciaremos dop, kot, got o trop, que se encuentran en la palabra gota, en inglés, drop, en alemán tropfen o en español gota. El hombre de la glaciación tiende a crear palabras naturales, es decir, que se escuchan en la naturaleza. Es esencialmente un imitador natural. Todos los fenómenos naturales son nombrados, quizás, por el sonido que emiten. Ciertamente, el sonido es idéntico pero cada cueva utiliza una capacidad vocal distinta ya que el sonido de una gota al caer depende de la altura y de la profundidad de la superficie líquida. La acústica también es función de la distancia hasta las paredes de la cueva cuya forma también influye en el sonido. No existía eco y si hubiera existido los sonidos se habrían duplicado. Los ritos relacionados con los fenómenos naturales y también los mitos, nacen con el lenguaje hablado. El agua en un período glacial se encuentra en estado sólido únicamente por lo que es comprensible que la palabra Dios en inglés o en alemán, tienen un sonido similar, God y Gott.
Cuando el hombre intenta crear un nombre para algunos animales, el sonido que realizan es utilizado para crear lenguaje primitivo, abandonado posteriormente. La palabra reno, procede del francés renne pero es indudable que existía un sonido para designar un animal parecido en la prehistoria. Tenemos en este caso, el nombre griego rhis, rhinós que significa nariz o también el latín reni que se traduce por riñón. En el primer caso, el nombre destaca una parte representativa del animal como su hocico y en el otro, un nombre relacionado con acarrear o transportar el reno hasta la cueva. Si intentamos relacionar la palabra oso, con alguna parte del animal prehistórico no encontraremos alguna. Oso es una partícula todavía utilizada para representar abundancia como meloso, angustioso, cariñoso, respetuoso...etc. Oso procede del latín ursus, y podría decirse que ur, está relacionado linguísticamente con huraño, hurgar, hurón...etc. Incluso ur podría designar una zona territorial, origen de la palabra sur, en sueco götland. En hebreo, bet-sur, significa casa de la roca. Sin embargo sursum en latín significa hacia arriba, aunque esta designación podría ya ser moderna en el s. I, indicando zonas montañosas. Allí donde había osos, la cueva totémica dominaba sobre las demás. En Mesopotamia en el -III milenio, existió una dinastía llamada Ur, una cultura Ur y una ciudad Uruk, en Irak. El lenguaje akkadio nace en un franja que unía el Golfo Pérsico y el Mar Mediterráneo, entre el Tigris y el Eufrates.
Los animales considerados finalmente totémicos o sagrados, adquieren nombres también naturales pero en este caso, el nombre difiere ya que no todas las cuevas consideran el oso como animal especial. De esta forma oso en inglés se dice bear, que puede tener relación con la capacidad auditiva del animal ya que ear es oreja en inglés y no con su capacidad de letargo o visual. Ciertamente el lenguaje ha cambiado pero las palabras prehistóricas clave persisten todavía. En griego, oso es árktos, origen de la palabra ártico.
Uno de los puntos más interesantes dentro de la prehistoria es el fracaso de las etnias híbridas. Si acudimos al imperio romano, se podría determinar la esclavitud como práctica prehistórica. El cro-magnon de la glaciación posiblemente dominó y subyugó a otras ramas de homínidos menos evolucionadas. El final de la glaciación supone el principio de un neolítico, un nuevo equilibrio en el ecosistema al aumentar la población. Los inmigrantes negroides se establecen de nuevo con su cultura africana subordinada a la caza que ya no tiene cabida permanente en una Europa posglacial. El neolítico intenta reducir el número de animales salvajes perjudiciales para los cultivos y la ganadería por lo que los clanes negroides tuvieron una utilidad limitada en el tiempo.
Doy por finalizada esta entrada. 17/07/2019
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