(c) Lógica y prehistoria XXVIII
Se podría aceptar que cerca de todas las cuevas había ríos glaciares o lagos. El calor magmático derretía en algunos lugares el hielo por lo que el homo sapiens disponía de aguas termales de origen natural. La variación del campo gravitatorio con la traslación lunar hacía aumentar o disminuir las temperaturas subterráneas y este hecho no pasaba desapercibido para el hombre de la glaciación. Es muy posible que esta sea una de las razones de los ritos de adoración al Sol y la Luna en el paleolítico superior.
El tótem o animal sagrado tenía origen similar. Para Max Müller, el tótem no tenía relación alguna con la divinidad y era Durkheim, el psicólogo, el que vio en estos elementos un sentido religioso de grupo o social. El oso representaba un poder sobrenatural que la inteligencia del hombre de cro-magnon no podía explicar. Todavía hoy el oso es un símbolo protector local o nacional. Representaba para el clan un espíritu natural benefactor. Se producía una identificación con dicho animal hasta convertirlo en un símbolo de la comunidad. No pasaba lo mismo con morsas, focas, lobos marinos u otros animales árticos. El homo sapiens maximizaba el bienestar por lo que para obtener pieles sólo cazaba osos si escaseaba la fauna ártica. No tiene todavía explicación por qué no existen osos en Africa o la Antártida, aunque de acuerdo con algunas fuentes existieron en el Atlas marroquí. Si bien los animales eran de mayor tamaño, su población era menor. El tamaño obedecía a un principio de supervivencia o de conservación.
El calor de la cueva aumentaba o disminuía en función de la posición de la Luna y el Sol. Lo que observaba el hombre de cro-magnon eran paisajes cambiantes difícilmente explicables lo que se atribuyó a la existencia de una deidad, como los rayos, el viento...etc.. En invierno cazaban morsas, focas... y en verano renos, yaks y otros herbívoros. El origen de la pesca es tan antigua como la caza. Existen lógicamente pinturas rupestres de peces en Europa. El cultivo neolítico se desarrolla en las riberas de los ríos. Encontramos pinturas de peces en la cueva vasca de Altxerri, Ekain, en el País Vasco, también en el Pindal, Niaux...etc. También existen en otros continentes al considerarlos espíritus militares. Períodos prolongados de inexistencia de animales como focas, morsas...etc. podía suponer la invasión de otros territorios. Después de miles de años, el homo sapiens había adquirido una experiencia relacionada con las mareas subterráneas magmáticas y también marinas. Algunos lagos eran en realidad mares interiores y no se puede descartar que algunas cuevas estuvieran cerca de mares costeros, actualmente Portugal. La palabra foca en inglés seal y en alemán Seehund han perdido su relación con la cueva, siendo sustituida por la palabra mar, sea en inglés y See, en alemán.
En un entorno así, dentro de un ecosistema en equilibrio, existían pocas razones para emigrar y un aumento de población suponía conflictos naturales. Por los objetos encontrados puede deducirse que el problema de las cuevas era una disminución de población. Unos lagos marinos interconectados representaban un bien común y posiblemente existían conflictos por el dominio de zonas de pesca, especialmente en invierno. Los arpones que utilizaban eran de hueso sin transformación alguna y posiblemente posteriores a la glaciación.
Doy por finalizada esta entrada. 11/07/2019
Se podría aceptar que cerca de todas las cuevas había ríos glaciares o lagos. El calor magmático derretía en algunos lugares el hielo por lo que el homo sapiens disponía de aguas termales de origen natural. La variación del campo gravitatorio con la traslación lunar hacía aumentar o disminuir las temperaturas subterráneas y este hecho no pasaba desapercibido para el hombre de la glaciación. Es muy posible que esta sea una de las razones de los ritos de adoración al Sol y la Luna en el paleolítico superior.
El tótem o animal sagrado tenía origen similar. Para Max Müller, el tótem no tenía relación alguna con la divinidad y era Durkheim, el psicólogo, el que vio en estos elementos un sentido religioso de grupo o social. El oso representaba un poder sobrenatural que la inteligencia del hombre de cro-magnon no podía explicar. Todavía hoy el oso es un símbolo protector local o nacional. Representaba para el clan un espíritu natural benefactor. Se producía una identificación con dicho animal hasta convertirlo en un símbolo de la comunidad. No pasaba lo mismo con morsas, focas, lobos marinos u otros animales árticos. El homo sapiens maximizaba el bienestar por lo que para obtener pieles sólo cazaba osos si escaseaba la fauna ártica. No tiene todavía explicación por qué no existen osos en Africa o la Antártida, aunque de acuerdo con algunas fuentes existieron en el Atlas marroquí. Si bien los animales eran de mayor tamaño, su población era menor. El tamaño obedecía a un principio de supervivencia o de conservación.
El calor de la cueva aumentaba o disminuía en función de la posición de la Luna y el Sol. Lo que observaba el hombre de cro-magnon eran paisajes cambiantes difícilmente explicables lo que se atribuyó a la existencia de una deidad, como los rayos, el viento...etc.. En invierno cazaban morsas, focas... y en verano renos, yaks y otros herbívoros. El origen de la pesca es tan antigua como la caza. Existen lógicamente pinturas rupestres de peces en Europa. El cultivo neolítico se desarrolla en las riberas de los ríos. Encontramos pinturas de peces en la cueva vasca de Altxerri, Ekain, en el País Vasco, también en el Pindal, Niaux...etc. También existen en otros continentes al considerarlos espíritus militares. Períodos prolongados de inexistencia de animales como focas, morsas...etc. podía suponer la invasión de otros territorios. Después de miles de años, el homo sapiens había adquirido una experiencia relacionada con las mareas subterráneas magmáticas y también marinas. Algunos lagos eran en realidad mares interiores y no se puede descartar que algunas cuevas estuvieran cerca de mares costeros, actualmente Portugal. La palabra foca en inglés seal y en alemán Seehund han perdido su relación con la cueva, siendo sustituida por la palabra mar, sea en inglés y See, en alemán.
En un entorno así, dentro de un ecosistema en equilibrio, existían pocas razones para emigrar y un aumento de población suponía conflictos naturales. Por los objetos encontrados puede deducirse que el problema de las cuevas era una disminución de población. Unos lagos marinos interconectados representaban un bien común y posiblemente existían conflictos por el dominio de zonas de pesca, especialmente en invierno. Los arpones que utilizaban eran de hueso sin transformación alguna y posiblemente posteriores a la glaciación.
Doy por finalizada esta entrada. 11/07/2019
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