(c) Lógica y prehistoria IX

Si los actuales desiertos fueron en el pasado lagos, no habría que descartar la existencia de islas dentro de esos lagos que se conservarían actualmente como oasis. Esto supone que las pruebas de los primeros homínidos inteligentes habrían quedado borradas por la naturaleza. Tendríamos que realizar dos hipótesis. La primera es que el homínido inteligente nace en Africa meridional pero que no queda aislado de forma constante, por lo que la adaptación mutación genética es muy lenta y se produce durante unos siete millones de años. El homínido del patriarcado sigue las rutas de los ríos a través de los árboles y no de canoas, colonizando las riberas fluviales. La segunda hipótesis haría referencia a grupos de homínidos aislados en zonas de Europa o la antigua Mesopotamia, cercanos a lugares de yacimientos europeos, africanos, indonesios, indios y asiáticos. Atapuerca es un lugar en el que la lógica rechaza que pudiera haber un yacimiento arqueológico de la glaciación, lo que no representa la imprecisión o generalidad de los mapas geológicos o la imprecisión del método.

Ciertamente la prehistoria del hombre es una secuencia de hallazgos de objetos como fémures, cráneos, tumbas megalíticas y multitud de herramientas y utensilios. La historia afirma que algunas clases de homínidos como los pitecántropos o los neandertales se extinguen y surge el hombre de Cro-Magnon o de Chancelade en el paleolítico superior. La historia evolutiva del hombre primitivo es, por tanto, confusa y poco clara. Posiblemente algunos neandertales y pitecántropos quedan aislados y mutan genéticamente hacia otras formas que permiten la supervivencia. Se han encontrado pisadas de austrolopitecus sobre cenizas volcánicas en Laetoli, Tanzania.

La secuencia de la evolución estaría formada por fases de expansión y propagación de nuevas formas de homínidos, seguidas por fases de contracción y aislamiento, que favorecen la aparición de nuevas formas antropológicas adaptadas a las nuevas circunstancias naturales. Nada hemos dicho del clima de hace siete millones de años, la pluviosidad, los cambios o diferencias de temperatura entre el día y la noche...etc. Para realizar dichas hipótesis habría que construir una teoría-historia sobre modelos climáticos, un nuevo modelo de geofísica que comprendería los hechos en el interior del planeta y los hechos de los estratos relacionados con la bóveda celeste y sus capas. Pero esto representa como diría Teilhard de Chardin, una metodología antropológica.

Las glaciaciones localizadas suponen un aumento desmesurado de las temperaturas por debajo de la corteza terrestre, y por encima de la estratosfera, es decir, un mapa interior, intrincado y variable. Y esto es así, por el principio de conservación de la energía, en este caso, calorífica. Posiblemente Europa no era en absoluto, tal y como la conocemos actualmente desde la perspectiva de su geomorfología. Desaparecen todos los mares interiores y los grandes lagos se convierten en cordilleras de origen efusivo o volcánico. No existe ya un vulcanismo generalizado sino erupciones de equilibrio hidrostático. El hombre de Cro-Magnon que alcanza una estatura superior a uno ochenta centímetros también se extingue, en algunos casos, a causa de la desaparición de lagos por erupciones volcánicas. La estatura y corpulencia del hombre de Cro-Magnon suponen unas actividades que requieren de gran fortaleza física, aunque la fase megalítica todavía está lejos.

Doy por finalizada esta entrada. 13/06/2019

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